Heredo un desastre

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Esta historia pasó hace ya unos añitos.

Estaba en Londres, trabajando para una empresa multinacional.

Trabajaba para el COO (el mismo de los 50.000€, ¿te acuerdas?). Yo era parte de un equipo de Operaciones, donde éramos 4 reportes trabajando en temas de gestión de proyectos, tecnología y mejora continua.

Mi jefe luego tenía otros equipo que también le reportaban a él. Así que lo de los 4 reportes de un mismo equipo, no parecía tener mucho sentido.

Tras 8 meses en la empresa, me promocionan para llevar ese equipo. Head of Global Operations me llamaron; el nombre era sexy a tope.

Yo, tan contento. Estaba en una fase de mi vida en la que cada día quería más responsabilidad en el trabajo. No digo que hoy sea un vago, pero aquella carrera se acabó.

El mismo día que me nombraron responsable del equipo, dos de mis pares me comunican que se iban a otros departamentos (la historia da para unas páginas más, pero el hecho es que desaparecieron del mapa ipso facto). Mi tercera “compi”, a la semana me dijo que seguía, pero que se iba a trabajar a Dubai (así, sin preguntar).

Lo de Dubái duró 3 telediarios. Ingestionable (supongo que tener a un yogurín como yo por aquel entonces de jefe no le moló).

Para completar la fiesta me quedo con un equipo de 13 personas que, por decirlo elegantemente, (salvo 2) no encajaban en el perfil que necesitaba el equipo.

En total, 18 meses de paliza, para…

Reclutar a mis 4 reportes que me permitieron volver a vivir (más sobre la criticidad del nivel N-1 en próximos emails)
Recolocar al equipo en otros departamentos (cuando existía encaje) o acordar su salida de la empresa en caso contrario*
Apoyar a mis nuevos reportes en el reclutamiento de sus equipos
Montar los procesos y dinámicas de trabajo dentro del equipo
Hacer lo posible para que durante este periodo de tiempo el equipo siguiese entregando lo que se esperaba de él

Ahora lo bueno…

Tras este par de años el equipo se estabiliza. Me voy a otro puesto. Y tras otro año la empresa se vende a un Private Equity. Nuevo CEO, nuevo estilo. Un par de meses después deciden “desmantelar” el equipo que había montado. La mitad de las personas van a otros equipos, la otra mitad salen de la empresa.

Montar tu empresa tiene sus similitudes con esta historia (aunque no siempre cuentas con la suerte de tener el presupuesto que la empresa tenía). Pero parecido en cuanto al esfuerzo, la importancia de construir los pilares del equipo, de desarrollar las dinámicas de trabajo…

Ahora bien, nos podrá ir mejor o peor (hasta podremos quebrar), pero en este partido no va a llegar ningún CEO, Private Equity o demonio de Tasmania a pulverizar el esfuerzo puesto en construir un buen equipo.

Así que en esos momentos en los que estás hasta las narices de todo, en los que te planteas si merece la pena tanto esfuerzo, piensa que podría ser peor…podrías estar haciendo algo muy parecido para un tercero. Así, a lo mejor, te animas un poco.

¿Vienes del mundo de la gran empresa y has montado tu proyecto? ¿Sigues en el mundo “corporate” y te han hecho una jugada parecida? ¡Cuéntamelo!

P.D. Y acuérdate de compartirle mi newsletter; le irá bien. La primera persona que te ha venido a la mente: esa es.

* Años después me preguntaron en una entrevista sobre la experiencia cuando he tenido que despedir a alguien. “Pues…depende, si la actitud de la persona es mala, pues me resulta muy fácil; ahora bien, si el despido es a pesar de una buena actitud…eso es duro»