hd1p #037 – Tuvo que salir
"Asunto: hd1p #037 - Tuvo que salir"
"Reflexiones personales"
"Nota final: en la conversación de salida con Pedro, fue sorprendente lo bien que le pareció todo. No quiero pensar mal, pedro…"
No te lo vas a creer, pero volvemos a hablar de Pedro.
Sí, otra historia sobre personal.
Es que en Dosplanos no tenemos maquinaria; y aunque la tuviéramos, yo creo que daría mucho menos juego (para la newsletter, me refiero).
Historia de hace un año. Éramos un equipo pequeño (quiero decir, aún más pequeño), en ese momento 5 en la oficina, más los equipos de ejecución de obra.
Ya conoces a Pedro. Esto es para otro día, pero un año después de nuestra historia inicial entró en la empresa*.
Y tras 6 meses de comercial, descubrimos en él una gran habilidad analítica (digamos que sumaba bastante mejor que vendía).
Total, tras menos de un año con nosotros se convierte en responsable de presupuestación.
En cualquier empresa la presupuestación es importante, pero si los presupuestos son de decenas o centenas de miles de euros, y cada presupuesto hay que construirlo específicamente para cada proyecto, pues os podéis imaginar la importancia de este puesto.
Y resulta que Pedro era muy bueno presupuestando: muy sólido con los números, eficiente, muy buena memoria, muy estructurado. No es una posición fácil y él parecía tenerlo todo.
Si estuviera leyendo el cuento de por las noches a mis hijos, seguiría algo como “y gracias al gran presupuestador Pedro, Dosplanos creció y creció hasta convertirse en la mejor constructora de Madrid”
Pero esto no es cuento (no digo lo que es…jajaajja), así que tiene que haber un pero…
Un día me llega un mensaje. Me dice Pedro que le duele la tripa. No viene a la ofi e irá por la tarde al médico. Te resumo las siguientes 6 semanas rápidamente
Le dan la baja una semana. Le sigue doliendo la tripa
Otra semana de baja. Le sigue doliendo la tripa
Otras dos semanas de baja. Le sigue doliendo la tripa
Entre medias ninguna comunicación por su parte. Ningún “os puedo echar un cable con algún presupuesto”. Nada.
Le hacen pruebas. Y más pruebas
Entre tanto Curumela (la ayudante de Pedro que estaba de prácticas) y servidor, haciendo presupuestos hasta las tantas cada noche. No hablo de los errores en los presupuestos que hicimos en esas fechas, que me sube la tensión
Otras dos semanas de baja. Le duele la tripa un poquito menos
Otra semana de baja. Parece que mejora
Vuelve al trabajo
Le despido
Fin
Reflexiones personales
Tener un puesto de responsabilidad en una empresa quiere decir que un dolor de tripa no puede suponer que desaparezcas 6 semanas del mapa. Por supuesto que la salud es lo primero, pero Aristóteles decía que la virtud está en el equilibrio. Llámame de vez en cuando, explícame qué te pasa (no es lo mismo “me duele la tripa” que “estoy en la cama y no me puedo mover”), ofrécete a revisar el trabajo que estaba en curso, y empieza a ser otra cosa
Independientemente de la historia (seguro que hay mil preguntas que me harías sobre los detalles de estos eventos), una vez se pierde la confianza en una persona del equipo, creo que hay pocas opciones
Puede que éste sea un buen ejemplo o quizá no el mejor. Pero te comparto debajo una matriz que leí por primera vez en el libro Winning, de Jack Welch. Muy gustó mucho
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Si no se ha entendido del todo (el concepto o mis garabatos ;p): la decisión más difícil es qué hacer con una persona del equipo que hace muy bien su trabajo (gran desempeño), pero cuyos valores no están alineados con los de la empresa.
Tiene que salir. Cuanto antes. Antes de que empiece a contaminar al resto de la organización. Y ya, estoy seguro que se te ocurren muchos “peros” para no hacerlo…
¿Te ha pasado algo parecido?
Nota final: en la conversación de salida con Pedro, fue sorprendente lo bien que le pareció todo. No quiero pensar mal, pedro…
* Si nunca te llegó la historia anterior de Pedro y estás sin conciliar el sueño, avísame y te reenvío el correo (y si lo recibiste y te apetece releerlo, es el #024)