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hd1p #099 – Hasta dónde llevar el negocio

"Asunto: hd1p #099 - Hasta dónde llevar el negocio"

"Una vez se emprende, ¿dónde se pone uno el objetivo?"

"Se dice aquello de que 'o creces o mueres'."


Monday, Monday.

 

Nos toca responder a la pregunta de un lector. Ahí va:

 

Una vez se emprende, ¿dónde se pone uno el objetivo? ¿En igualar tu mejor sueldo por cuenta ajena y autoemplearse sin más líos de contrataciones, etc?

 

¿En crecer a todo lo que de el mercado y tu capacidad y crear una empresa que genere riqueza y valor? Sí, entiendo que será lo que a uno le pida el cuerpo. Pero ¿una vez te metes, crees que hay posibilidad de elegir? ¿No será imprescindible crecer?

 

A ver, pregunta con truco porque viene respondida. A ver cómo decimos algo con sentido.

 

Voy a empezar por responder la parte final de la reflexión y luego volvemos para atrás.

 

Se dice aquello de que “o creces o mueres”. Y yo creo que es una reflexión acertada cuando uno piensa en empresas grandes. Si no crecen, pues obviamente decrecen. Si no están pensando en qué más pueden hacer para ganar mercado, pues lo hará el de al lado y poco a poco irá menguando…hasta que algún tiburón se la coma.

 

Al pensar en pequeñas empresas creo que lo anterior no aplica. Lo digo porque conozco multitud de empresas pequeñitas (fundador + 3/10 empleados), que ni crecen ni desaparecen. ¿Por qué? Pues porque hacen un buen trabajo y tienen más trabajo del que pueden hacer.

 

Y como no quieren crecer (porque han decidido no hacerlo), simplemente rechazan ciertos trabajos o encolan los proyectos hasta que tengan capacidad.

 

Lo anterior lo observo en situaciones en las que el propietario controla la empresa con el tamaño que tiene. A veces esa empresa pasó anteriormente por una fase de mayor tamaño, y tras algún que otro problema, el propietario decidió quedarse con un negocio que controla y que le da los dolores de cabeza justos.

 

Volviendo al origen…¿dónde se pone uno el objetivo?

 

Coincido con el lector en que será “lo que a uno le pida el cuerpo». Pero intentando rascar, se me ocurren una serie de dimensiones que tienen impacto en la respuesta. Las dos primeras quizá más coyunturales, las dos últimas más relacionadas con el emprendedor/empresario.

 

Edad: cuando uno emprende de joven (yo hice cosillas hace 10-15 años), quiere cambiar el mundo entero (qué menos). Si logra que el proyecto avance de forma positiva, es frecuente que quiera crecer sin límite (aunque la falta de experiencia, con frecuencia te pone en tu sitio).

 

Una vez que uno gana años (tener una familia es un reto añadido), creo que es habitual (necesario) buscar un equilibrio trabajo/vida personal; el crecimiento continuo (con frecuencia está relacionado con mayor carga de trabajo), quizá pierde algo de peso. O quizá no se pierda ambición sino que se gane algo de paciencia y el crecimiento se plantee de forma más calmada.

 

Sector: esta dimensión quizá suene un poco rara. Pero lo que veo con los años es que hay sectores donde es más sencillo crecer que en otros. Y creo que es un factor que quizá no se analiza lo suficiente en el momento de emprender (quiero decir que yo no lo hice ;p, con frecuencia uno emprende en el sector que conoce y esta cuestión no se plantea).

 

Ejemplos de sectores “sencillos” serían el mundo SAAS, la fabricación de productos o un modelo franquiciado. Ejemplos más complejos serían la construcción, el desarrollo de videojuegos (otro día hablamos de esto, que un lector -y vecino-, me abrió los ojos sobre los grandes retos de este sector-), o cualquier negocio que venda servicios no recurrentes.

 

Motivación: probablemente la motivación para emprender sea la dimensión con mayor impacto a la hora de limitar o no las ganas de crecer.

 

Si emprendes porque estás harto de tener jefe. Porque te quedaste sin trabajo y no sabes qué hacer. O porque te pareció fácil ganar más dinero. Creo que en estos casos crecerás “un rato”. Probablemente poco rato. Hasta que las dificultades a la hora de gestionar el crecimiento te quiten las ganas de seguir creciendo.

 

Si por el contrario emprendes motivado por cambiar algo que no te gusta. O has tenido una experiencia difícil en la vida y quieres ayudar a que no le ocurra a otros. Creo que en estos casos es más probable que empujes el proyecto mucho más lejos.

 

Personalidad: no entro en los orígenes de por qué cada uno es como es. Pero está claro que algunas personas son más competitivas que otras. Y algunas personas se marcan aspiraciones más agresivas que otras. Algunas tienen más ego que otras. O simplemente hay personas más tranquilas y otras que no dejan de pensar continuamente en qué hacer.

 

Al final creo que los temas relacionados con “el emprendedor” (motivación y personalidad), son los que más van a determinar hasta dónde uno lleve (o al menos intente llevar) su proyecto.

 

Ya para terminar y en base a lo anterior, analizo mi caso

Dosplanos: el sector es complicado para crecer, me pilla en una fase de mi vida intensa en lo personal, me motiva aunque no lo considero una pasión, y personalmente “me aburro” si no estoy pensando en lo siguiente. Me gustaría llevarlo a ser una constructora reconocida en Madrid (y quizá un poco más allá)
Historias de una pyme: el sector de la formación es más sencillo de escalar, mismo momento complejo en mi vida (y ya tengo otra empresa), sí me motiva mucho apoyar a otros empresarios y sigo siendo yo 🙋‍♂️. Me gustaría llevarlo todo lo lejos posible (con cuidado de no dañar Dosplanos), aunque por el momento son sólo primeros pasos…

¿Tú qué opinas? Y un poco más allá…¿hasta dónde te gustaría llevar tu empresa?

 

No te olvides – ¿de qué te gustaría que hablásemos el próximo lunes?

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